miércoles, 27 de julio de 2011

Embrujos, Poesía y Jazz

Entrevista a Rodrigo Hernández y Álvaro Zúñiga, actores de la ORTEUV

No cualquier físico fuerte y estético reacciona favorablemente a la escena, y dentro de este selecto grupo no muchos cuerpos escénicos salen bien parados ante la experimentación, y dentro del exclusivo grupo de los que salen bien parados de la experimentación contados deben ser los casos en que el producto, (perdón si la palabra ofende), no sólo es interesante sino también propositivo y además, (agárrense de donde puedan) divertido. Álvaro Zúñiga y Rodrigo Hernández, jóvenes y talentosos actores miembros de la ORTEUV comparten un poco de su experiencia en Bintou, experiencia que comparten con el también talentoso actor Freddy Palomec, quien, por causas de fuerza mayor, no pudo participar en la presente entrevista.

¿Nos podrías hablar de tu personaje Rodrigo?
Rodrigo.- “Mi personaje se llama Kelkal, es de extracción árabe, es uno de los tres amigos que protegen a Bintou a la cual conoció en circunstancias muy particulares. Él también vive en los suburbios de París. Enloqueció por Bintou cuando ella visitaba a su hermana y él quedó loco por al verla bailar. Kelkal es poeta, es un chico que va bien en la escuela, tiene buenas expectativas en su vida y cuando conoce a Bintou comienza a hacer muchas cosas en su nombre para agradarle y entra a la banda de los Prepos donde conoce a Manu y a Black Out.”

Y tú Alvaro ¿Qué hay de tu personaje?
Álvaro.- Se llama Emanuel, o Manú o Mi embrujo como le dice Bintou, es su novio y a sus diez y ocho años ya es ex adicto al crack, lo cual ya es bastante fuerte, pero ahora se dedica a la venta. Bintou lo saca de las drogas pero lo deja como dealer, quizá sea el único que cuenta con dinero de la banda de los Prepos, tiene un trauma tremendo pues aún siendo el novio de Bintou teme no haber hecho lo suficiente para agradarla por no haber hecho todavía algo tan fuerte como matar a alguien en nombre de ella como ya lo hizo Black Out. Su motivación es entonces buscar matar a alguien para hacer algo más relevante.

Una de las partes más impresionantes de la obra es este monólogo dividido entre tres que ustedes hacen junto a Freddy Palomec, ¿Nos podrían hablar sobre esta escena?
Rodrigo.- La escena se llama Jazz, esa era la referencia, hicimos varias pruebas jugando con los textos, desarrollándolos, moviéndolos, hilándolos, es una escena larga donde cada quien habla desde su perspectiva lo que para él significa Bintou. Jugamos con ritmos, con los tiempos, parados, caminando, sentados, exploramos varias posibilidades. Otra que planteamos fue la idea de un interrogatorio o entrevista, fue muy frontal y directa al público lo que la vuelve muy fuerte.
Álvaro.- Pensamos musicalmente, haciendo algo así como solos instrumentales con la idea de llevar a cabo una "oda a Bintou", eso es lo que tratamos de transmitir.

¿Ya conocían algo de Koffi?
Rodrigo.- Pues lo conocemos a él, Boris Schoemann la tradujo del francés y en una lectura dramatizada en Monterrey dentro del festival internacional de dramaturgia se tomó la decisión de llevarlo a escena. Es interesante que pueda parecer un tema no relacionado con nosotros, pero habla de lo que nos pasa como sociedad. Tal vez no hablemos de migrantes africanos en los suburbios de París, pero al fin y al cabo podemos encontrar muchas referencias, muchas similitudes de lo que somos como sociedad y como nación que vivimos este fenómeno de la migración, el estar en un lugar al que no perteneces con tus costumbres y esa es una lucha contemporánea. Otra cosa interesante es experimentar con la música, hay varias escenas que son en la idea una clara invitación a que esa parte sea musical. Normalmente está muy dividido el teatro en musical y no musical, el volverlo rap se acerca a la gente de una manera muy especial.
¿Ha resultado enriquecedor trabajar en una obra musical?
Álvaro.- Muchísimo, desde el aspecto de la voz que se trabaja muy distinto y también el que la música lleva danza, todo el entrenamiento para bailar ha sido muy benéfico ara nosotros como actores.
Rodrigo.- Sí, ha sido benéfico este “no haberlo hecho antes” y no saber lo que implica hasta que lo haces como actor, estar moviéndote y estar en el personaje, que normalmente ahí nos quedamos, aquí aunque sólo hagamos coros la postura requiere el triple de energía.

¿Ustedes, mexicanos, con qué elementos han construido a sus personajes?
Álvaro.- Hay referentes muy concretos de lo que son las bandas, creo que cada quien tendrá los suyos, una vena que nutrió mucho mi trabajo fue el tema de los niños, de las tarugadas que hacen los chavos para gustarle a una chava, o para entrar al grupito, y en el contexto donde tienen una pistola en la mano pues se avientan a hacer esto, pero sigue siendo una cuestión de niños en un ambiente que los orilla a esto, por más distante que se dé la temática se puede reducir a cosas tan básicas como la adolescencia y esos cambios.
Rodrigo.- Creo que esta obra es un proyecto interesante, y me gusta el hecho de que sea un buen experimento, ir corrigiendo los detalles, creo que es una apuesta muy interesante, como apuesta de experimentación se ha ido nutriendo, vamos mejorándola cada vez más. No es un espectáculo de maquila con el proceso creativo ya predispuesto, creo que se apuesta y esa apuesta es interesante.

¿Ustedes como hombres, y como artistas como ven esta circunstancia violenta de la mujer en África?
Rodrigo.- Hablar de la ablación femenina es un tema muy delicado, es algo muy triste, hablamos mucho sobre el tema obviamente hablando también de un símil de lo que pasa en México sobre el aborto, como dice el programa: los ríos de la sangre de las mujeres corren en todo el mundo, en el tema del aborto clandestino en México al igual que la ablación en África los números son aterradores, son formas de violencia que se tienen que erradicar y creo que son los temas de los que tenemos que estar hablando, de esto y de la violencia que estamos viviendo, es algo a lo que nos debemos estar confrontando como artistas. Creo que el teatro aunque no tenga implicaciones de carácter social siempre está frente a un público y tiene que buscar ser congruente con el tipo de sociedad y el tipo de momento histórico en el que está viviendo.
Álvaro.- Hablar del contexto Africano nos ayuda a reflexionar de dónde vienen estas cosas como la prohibición del aborto porque están puestas en la obra las razones religiosas de la ablación que son razones de peso para la gente de tradiciones, tal vez por ser jóvenes estemos fuera de contexto con el asunto de la prohibición pero para cualquier católico de pro vida la carga religiosa que tiene este asunto es muy pesada, entonces hay que ver las dos caras de la moneda y reflexionar qué es lo más válido. Con la ablación las consecuencias son horribles a tal grado que las mujeres se niegan a que se lo hagan a las hijas, pero es invitar a reflexionar que pasa con esta violencia a las mujeres, no sólo está el asunto de la ablación, hay una chica que ve en la danza del vientre un medio como alguien acá puede bailar en un table dance para sacar a su familia adelante. Hay mucho que decir.

¿Cómo hace la dramaturgia contemporánea para hablar de estos problemas?
Rodrigo.- El arte de escribir para teatro tiene que ver con escribir para ciertas posibilidades escénicas y creo que eso corresponde a cada dramaturgo. Creo que la dramaturgia contemporánea puede acercarse a este tipo de problemas y ser consecuente con los tiempos que se viven. Hay personas que escriben las mismas cosas con cambios muy sutiles o muy morbosos y creo que eso dependerá de cada quien. Hay más escritura que puestas en escena y es lo que yo he visto respecto a varios textos, muchos textos, incluso Carballido: ya en escena adquieren una dimensión que no tenían en el papel, y que se dejan de lado porque la gente no se vaya a espantar o enojar, entonces creo que hay que confrontarnos tanto desde la dramaturgia como desde la dirección o la actuación.
Álvaro.- Citando a LEGOM el teatro habla a los hombres de asuntos de los hombres, olvidando la relación con la dramaturgia, al grado que haya violencia contra las mujeres tendrá que haber drama que hable del tema, y que esté en nuestros escenarios hasta que no necesitemos hablar de él.
Rodrigo.- Ahora la compañía está presentando una obra de Bárbara Colio llamado Usted está aquí y habla de otro tema que es el secuestro, y llegamos a esto viniendo de un ejercicio de teatro que se llamó Fragiles Historias en Materia Prima que sí, manipulaba objetos, pero realmente sólo era un divertimento para el espectador. Por un lado también necesitamos esas cosas pues, estando inmersos en esta situación violenta en México, también se necesita algo que te recuerde el lado bello de la vida. Contribuyendo positivamente y siendo artistas comprometidos sea el tema que sea podremos tocar una fibra de los espectadores. El ocio no tiene que ser una evasión, puede haber algo bello, pero no un opio, o una baratija.

¿Algo más que desearan agregar?
Álvaro.- Pues invitar a que vengan a ver Bintou jueves y viernes a las 20:30 horas, sábado y domingo 19:30 horas en la sala chica, y… nada más Gracias.
Rodrigo.- Gracias.

A ustedes, bueno, pues buenas noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario