viernes, 23 de abril de 2010

Furia de Patanes


Reciclando unas pocas diapositivas que sobraron de 2009 año del Universo, la película comienza narrándonos la historia de la victoria de los Dioses sobre los Titanes, y explicando cómo despues de venadearse a Hades, su carnalito, el buen Zeus creó a un montón de bestias ingratas parecidas a él llamadas hombres que no teniendo nada mejor que hacer decidieron sublevarse contra los Dioses y dar materia a libros, comics y refritos hollywoodenses.

Es aquí donde aparece nuestro héroe de vientre plano y barba partida en estado lactante.

Al ver a un ruquillo chistoso liberando de su cápsula de contensión a un chamaquito
chillando puedo imaginarme lo que pensaron; pero se equivocan, ni le ponen Clark Kent, ni su nave trae placas de Kriptón, es el pequeño Perseo que cual buen profeta judío -SIC- es rescatado de las aguas por un humilde pescador que se convertirá en su padre, esto debido a que la madre del infante, a la cual sigue abrazado, ha ido a reunirse con sus antepasados, eso, o el escuincle profería unos gases neo titánicos en el interior de la caja.

El joven Perseo ha crecido en medio de los berrinches de su padre a los Dioses por la baja del producto, la pérdida de sus insumos, los altos índices de desempleo
y como quien no quiere la cosa exclama frente a su hijo: Algún día alguien deberá hacer algo.

Como buen joven curioso, nuestro querido Perseo mira al horizonte sobre el mar preguntándose por sus origenes, (si fumaba un chumo hay que reconocerle que lo mantuvo fuera de cuadro), y navegando con su familia llegan a un acantilado que emulando a Rhodas o a New York ostenta una estatua escala uno a mil veces sepa la madre de el poderoso Zeus armado con su rayototote; sin embargo este momento de felicidad contemplativa dura poco pues unos infieles herejes provenientes de Argos le taladran las patas al desafortunado monumento que cae al mar sobre una desafortunada lancha de pescadores y... ups, sorry. (Me acordé del correcaminos y el coyote con su paragüitas). Entonces, enmedio de la batalla de los soldados de Argos y unas míticas diablas voladoras, y al más puro estilo de Gandalf el mago aparece Hades envuelto en una nube negra y de un golpe fulmina a todos y todas menos al joven Perseo que alcanza a salvarse sobre los pedazos de su embarcación.

Hades comparece ante el mismísimo consejo de los dioses, todos ataviados con sus
respectivas armaduras cual si fueran caballeros del zodiaco, (juro que ví a Aldebarán de Tauro por ahí ), y propone que se le permita meterle a los mortales unos buenos sustos calibre torres gemelas para que vuelvan a suplicar y rezar a los Dioses, nuestro villano es secundado por Poseidón enunciando la única frase que tiene en toda la película: Zeus, nuestro hermano dice la verdad, escúchalo; Al menos en la versión original le tocaba a él liberar al Kraken, pero en este refrito se nos presenta como el Lépido del imperio Olímpico. A pesar de los berrinches de Apolo, Hades obtiene luz verde.

Perseo es contado entre los sobrevivientes y es llevado a la presencia de el rey Cefeo y la reina Casiopea en compañía de su nada despreciable hija Andrómeda que tiene un gesto de gentileza con el desvalido joven y le ofrece un alipúz, sin embargo es contenido por la versión mitológica de Clint Easwood que más adelante pasará a ser su general al mando. En medio de la juerguiza la reina Casiopea tiene la ocurrencia de comparar la belleza de su hija con la de la diosa Afrodita y es aquí cuando empieza una banda sonora que recuerda un tanto a la de tiburón para anunciar la llegada de Hades que con el fin de asestarle unas cuantas cachetadas silenciadoras a la insolente reina; después de retirarle sus cremas antiarrugas anuncia que liberará al Kraken y destruirá la ciudad de Argos con todos sus chiquillos y chiquillas a menos que sacrifiquen a la princesa Andrómeda, acto seguido, le pone una calentada calibre barrio bravo de Tepito a Perseo diciéndole que tal es la voluntad de su padre, y aunque este se muestra dispuesto a entrarle al trompo con Hades es oportunamente contenido por una misteriosa y sensual edecán envuelta en blanco. (¡Tamaña juerguiza era aquella!).

Como podrán imaginarse la noticia de que el joven Perseo es hijo de los dioses no le sienta muy bien a nuestro Clint Easwood griego, llamado Drako (Nada que ver con Harry Potter y esto para ya no desmerecer a una verdadera presencia mítica) que al más puro estilo de granadero de Azcapotzalco comienza a interrogarle. Andrómeda esta dispuesta a sacrificarse mientras Perseo en su calabozo recibe la visita inesperada de Io. No Yo que a mí me vale madres, sino Io, una semidiosa como él que lleva la maldición de vivir eternamente y que no es otra sino la sensual edecán de blanco ya antes mencionada. Acto seguido le cuenta de sus origenes que se remontan a la guerra del rey Acrisio con los dioses, (que originalmente era abuelo de Perseo y no cornudo de su madre), y Zeus en lugar de optar por meterle al rey blasfemo uno de sus rayos por el culo, prefiere meter su rayo super especial en un lugar que le duela más, es decir, el de su dulce esposa. Es aquí donde Zeus vuelve a aparecer en su forma terrenal que no es otra que un águila calva a la que nada más le faltó graznar: "I want you to join the Olimpo", y disfrazado de Acrisio le llega a la mamá del héroe, nuestro valeroso Dios emprende la huída y deja a su nuevo vástago y a su madre encinta en manos de un rey enfurecido que los encierra en la cámara de contención que citamos al principio de la historia y los arroja al mar al tiempo que recibe una descarga eléctrica calibre huelga de la CFE.

Enterado de sus orígenes y convencido por Io, Perseo decide ir a interrogar a las Grayas (unas adivinas con carácter de Michael Jackson´s thriller) sobre la forma de vencer al Kraken, es aquí donde conocemos a su grupo de acompañantes, (guerreros por supuesto), entre los que se cuenta un par de hermanos que parecen la versión adulta de los gemelitos de Rugrats, y un segundo al mando ya entrado en años que no sé porqué no puede dejar de recordarme a papá pitufo. Todos emprenden el viaje con la plena conciencia de que no servirán para otra cosa que como carne de cañón para salvar al protagonista de la película de los horrores que se avecinan.

Armándose Perseo desentierra al nostálgico Bibo, que para los que no vieron la versión original venía siendo la versión mitológica en búho de R2D2 creado por Hefestos para compensar un regalito que Zeus le quería dar a su nene por cuenta de la diosa Atenea, ante el ya tan gastado recurso cómico de la referencia del refrito uno de los machos de Perseo se limita a un lacónico: No preguntes.

Al más puro estilo de Laurel y Hardy hacen su aparición dos memos decerebrados que con ese clásico acento de iraní pro xenofóbico manifiestan su deseo de unirse a la expedición, presentándose como cazadores género indie y preguntando a nuestro agerrido protagonista si conoce la mejor forma de herir una Quimera o degollar a un Centauro, como si hiciera falta presumirnos el poderío de su departamento de arte.

Mientras tanto Hades ha ido a entrevistarse con el cornudo de Zeus, el rey Acrisio, le informa sobre Perseo, y dándole un beso francés con el fin de otorgarle superpoderes, (espero), le ordena destruir al muchacho.

Los valientes guerreros continuan su camino; como pueden imaginarse el joven Perseo es poco menos que la Bitch del grupo y es entonces cuando Drako se lo lleva a lo oscurito con el fin de agarrarlo a espadazos, descubriendo que efectivamente hay un Dios dentro de él, en lo profundo, muy profundo... bueno ya, suficiente.

Vagabundeando por ahí nuestro héroe parece haber llegado a los establos de los estudios Columbia/Tri Star pues se topa con un montón de blancos caballitos alados pastando, pero no, son sólo el harém personal del mítico pegaso que en un afán integracionista ha mudado a un color pantera con lo que resulta ser un caballo negrote que sólo se apacigua cuando la señorita Io le acaricia la cerviz. (Para los que no sepan lo que es la cerviz... en fin, investíguenlo).

De repente y partiendo por la mitad a un par de los acompañantes de Perseo reaparece el rey Acrisio que con el beso francés de Hades se ha vuelto una especie de híbrido de hombre lobo, wolverine y bruja de blair que (cómo decía mi hermano Mario) estaba más feo que pegarle al niño Dios en navidad. En un épico combate, el rey Acrisio pierde una mano de cuya sangre empiezan a brotar los nostálgicos escorpiones gigantes que se remontan a la versión original, acto seguido se da la lucha sin cuartel que, eso sí, en cuanto a la acción nada le pide a la versión original, pero conceptualmente, (como toda la película), es más parecido a un super comercial de Raid mata bichos.

Mientras, de regreso en Argos, la gente se ha ido poniendo más y más nerviosa debido a los incesantes clamores de un indefinido fanático que metiendo la mano al fuego frente a todos, (idea que seguramente se la fusiló a Gael García en el crimen del padre Amaro),clama por la devoción al Dios Hades y el sacrificio de la bondadosa princesa Andrómeda que se encontraba con su grupo de damas emprendedoras repartiendo despensas Chedraui a los pobres.

Rodeados de escorpiones cada vez más grandes el grupo no parece tener mayores esperanzas, entonces hacen su aparición los Djinns, genios del desierto que vienen siendo algo así como un híbrido entre los Tusken Raiders del desierto de la guerra de las galaxias, el güey árabe tatuado de la Momia regresa, y el milico afgano patiño de Silvester Stallone en Rambo II; dicen que cada que son lastimados reemplazan su miembro herido por una leño cualquiera, (me pregunto si serán oriundos de Hidalgo) y después del clásico: No confío en estos seres extraños papá pitufo, sí pero no nos queda de otra, el mero mero de los Djinns pasa a volverse el Chewbacca del grupo.

La guardia de Perseo entierra a sus muertos dejando sus cabezas convenientemente afuera para colocar un par de monedas en sus ojos, lo que seguramente será otro recurso mitológico mal investigado y mal aplicado. Los Djiins ofrecen a Perseo y a sus acompañantes un paseo a bordo de sus escorpiones domesticados, quien pueda explicar cómo domesticaron y ensillaron a esos animales en el transcurso de dos escenas se ganará un litro de babas de medusa original.

Nuestros héroes llegan al jardín Estigio, que resulta estar en el mismo desarrollo habitacional de la montaña serpiente de Skeletor y el oráculo de los ancianos de 300 espartanos, y con más curiosidad que temor en sus agerridos corazones encuentran a tres hermanas en una no muy buena hora del día ya que no se ha desprendido de sus mascarillas de aguacate además de que padecen un severo caso de hongos en la piel, a cambio de que no les corten el internet le dan a Perseo la clave para vencer al Kraken, que consiste en mostrarle la cabeza de Medusa que produce un efecto similar a la cuenta de Telmex quedando así convertido en piedra.

Las circunstancias no son nada favorables para nuestro emprendedor semidios, pues
exceptuando a su fiel Chewbacca, el resto de los Djinns y los cazadores indies los abandonan, es entonces donde un incierto vagabundo pisándole los talones a nuestro héroe se rebela como su padre Zeus, que le ha venido a decir que ya estuvo bueno de tanta bohemia y que se regrese al fraccionamiento campestre Olimpo junto a él; pero él se niega, Zeus le dice que ya que se ha negado a usar la credit card que le regaló al menos acepte un centenario para empeñar en la versión mitológica de Monte de Piedad, el denominado infra mundo.

Mientras esperan en la cola del monte para empeñar su centenario juegan volados y tiran rayuela sobre un lago y es entonces cuando llega un armatoste parecido a los carros alegóricos oxidados del carnaval de Veracruz una semana después de la juerguiza que además todavía trae una botarga cadavérica pegada. Subidos como reinas de la primavera los valientes guerreros crucan el río de los muertos mientras Io cuenta como Medusa fue maldecida por Atenea, (en el mito original fue la diosa Era), producto de una aventurilla que tuvo con el dios Poseidón, y que debido a su militancia en el partido lesbico gay transgénero no podrá ayudarles contra ella.

Hemos llegado a otro desarrollo habitacional que comparte terreno con las minas Tirith del señor de los anillos y el castillo de Fiona la novia de Shrek, Perseo advierte a sus camaradas que mantengan baja la mirada y pueden escucharse las risitas burlonas de la villana en cuestión: Medusa.

Uno por uno los machos de Perseo van mordiendo el polvo empezando por el desafortunado papá pitufo que fiel a su referencia simbólica cae en lo profundo de la olla hirviendo de Gargamell. Quienes por poco muerden el polvo también son el Djinn Chewbacca y Perseo, pero gracias a los rápidos reflejos de este último nuestro querido Chewbacca es rescatado antes de convertirse en una fogata ambulante.

Como dándose a desear Medusa asoma su cascabelera colita entre las jónicas ruinas de la caverna rodeando a los gemelitos rugrats que habiendo dejado atrás al pobre Drako quien ha sido herido por una flecha, perdidos y confusos tratan de hacer frente a tan formidable oponente, no tarda mucho en darles chicharrón y poder así ocupar su primer cuadro completo donde por fin podemos apreciar un convincente desarrollo con respecto a la versión original, ya que, aparte de su moderno tocado viboresco presenta una preciosa cara de lolita que se transforma en una suerte de chupacabras cuando le da indigestión.

Jugando a Tom y Jerry Perseo y el Djinn torean un poco a Medusa hasta que este último intenta sorprenderla sin conseguir nada más que un ligero corte de cabello, tras lo cual la villana se apodera de él. Cosa curiosa, cuando Medusa le aplica la chupacabrea nuestro amigo no se convierte en piedra, y esta descubre que se debe a un piloto Gas Express que mantiene encendido en el sitio donde debiera hallarse el corazón, por lo que nuestra sexy super villana procede a apretarlo con su cola, (ya habíamos mencionado que estaba hecho de leños ¿verdad?), hasta que lo revienta y lo convierte en astillas que se quedan refulgiendo a la espera de que tantos mil años después el buen Moisés junto a sus diez plagas emprendan su cruzada personal para liberar a su pueblo de Egipto; Steven Spielberg creo en ti.

Toca turno al desafortunado Perseo quien es oportunamnte rescatado por el valiente Drako que haciendo el mismo truco que Punisher con sus cuchillos derriba una estalactita del techo de la caverna que aplasta la ya tan mentada cola de la villana quien sumamente ofendida convierte en piedra a Drako que alcanza a dibujar una siniestra sonrisa con aires de: "Pero sigo siendo el rey". Este valiente sacrificio ha dado tiempo a nuestro héroe de recuperarse y apollándose en el reflejo de su escudo (tal vez la única referencia mitológica que se respetó en toda la película), al puro feeling consigue rebanarle la cabeza; la villana como que no se la cree y es hasta que mira su propio cuerpo latigeando como caracol cubierto de sal lejos de ella que por fin parece exclamar: ¡Vaya, esto es un problema!.

Con más pena que gloria por la perdida de sus machos Perseo abandona la guarida de
Medusa y va a reunirse con la hermosa Io, pero antes de que ella pueda exclamar: "Ahora que eres macho tómame", alguien más le atraviesa por la espalda y no es otro que el mismísimo rey Acrisio que insiste en cobrarse en sangre de Semi Dios los cuernos que le pintó Zeus. Io cae malherida y Acrisio se avalanza sobre el enfurecido Perseo, y como podrán imaginárselo, se lo lleva de calle, sólo una oportunidad, emplear la credit card de su papá para satisfacer la sed de venganza del rey Acrisio y en recuerdo de la hermosa Io lo atraviesa también, pero por delante.

Acercándose a su agonizante amada Perseo exclama: "Io, estoy aquí", y ella le responde: "Yo también estoy pendejo, por si no lo notaste me estoy muriendo", caen en la cuenta de que el eclipse ha comenzado y que tanta cuchillada parece haber sido inútil. Io se fuma su último porro y desaparece entre el humo, Perseo entonces como todo buen junior apenas papi le da su cadillac, (que no es otro que el oportuno pegaso), y su credit card está listo para irse de farra

Zeus da la tan temida orden y su hermanito Hades libera al Kraken, tal como lo anuncia nuestro fanático fundamentalista en Argos que parece por fin haberse definido y clama por la princesa Andrómeda para que sea ofrecida al Kraken. Los fanáticos enardecidos entran en el palacio y se llevan a la pobre joven a un baluarte donde enfrentará su destino siendo amarrada, (y no encadenada) mientras un montón de tentáculos empiezan a castigar y golpear las costas de Argos sado masoquisticamente lo cual parece enfurecer al buen Zeus pues su colección de figurillas de acción empieza a verse mermada y eso, (como a todo buen coleccionista) lo debilita, es entonces donde Hades le rebela sus intenciones de venadearle el mundo, el pobre Zeus con ojitos de borrego a medio morir contempla atemorizado a su
hermano.

Si bien la misión de Perseo parece estar llegando a buen termino Hades lo recibe con un montón de diablas voladoras que se la viven pasándose la cabeza del héroe, (la que le cortó a Medusa por supuesto), de una en una, hasta que el príncipe un poco harto, las destruye por completo.

Otro punto a favor del departamento de arte es el terrorífico Kraken que se clama desde el oceáno, esto tomando en cuenta que el original parecía un hijo bastardo de king kong con un pejelagarto. Entre los tentáculos de Kraken... ejem... Perseo termina de liquidar a las molestas diablas y aprovecha la mirada de estrella porno insaciable que kraken pone sobre Andrómeda para mostrarle la recién recuperada cabeza de Medusa convirtiéndolo en piedra y llevándose de por medio a un par de fanáticos al desmoronarse.

Hades aparece frente a Perseo con la intención de darle una titánica zurra y Perseo a la voz de Shazam le arroja la credit card de su papá con toda su carga eléctrica mandándolo al fondo del oceáno. La princesa Andrómeda le ofrece sus gracias a Perseo quien al parecer después de haber pasado tanto tiempo entre sus machos se muestra desdeñoso y se despide a bordo de su pony volador.

Lleno de nostalgia Perseo vuelve al sitio donde comenzó todo este titánico relajo y contempla el acantilado donde su familia fue aplastada por el Zeusote de piedra, aparece entonces el Zeusito chiquito para manifestarle su agradecimiento a su vástago y llevárselo al Olimpo, pero el joven, como todo buen Dandy venido a más se niega para no contaminarse con los frutos de la fama recién ganada. Su papi resignado se limita a devolverle a su amada Io para que el pobre no esté solo. (¿Y la cheyénne apá? bien hijo, gracias por preguntar).

Aunque en lo personal me gustaría ver una versión de la Odisea con Robert Downey Jr en el papel de Ulises dudo que haya "in all the state of California" alguien capaz de interpretar exitosamente ¡no ya los descubrimientos arqueológicos por Zeus! sino al menos los trabajos de Robert Graves sobre los mitos griegos con la tecnología moderna y mantener las espectativas del público contemporáneo que lleva años de agringarse.

Concluimos que si uno va al cine a ver Furia de Titanes sin mayor espectativa que ver una escena de acción seguida de otra sin ningún sentido entre ellas cumple cabalmente su mítico cometido.