martes, 4 de octubre de 2011

Villafañe, Echeverrí y otros cuántos vagos.

Entrevista a David Estrada, Lorenzo Portilla y Denisse Valencia,
integrantes de Merequetengue teatro.


T.V.- “La lavadora Easy Clean es tan fácil de usar que hasta un niño puede hacerlo…”

Mafalda.- “¡¡¿Y PARA HACER REFERENCIA A LAS SEÑORAS IDIOTAS NOS TIENEN QUE USAR A NOSOTROS?!!”


El retablo vagabundo, ¿Cómo surge este montaje?
D. V.- Por la inquietud de retomar las actividades de los viejos titiriteros que iban de pueblo en pueblo, vagabundeando, quisimos retomar este aspecto de levar a los títeres al lugar donde está la gente con este retablo; aquí está dentro del foro, pero remite a un teatrino que va de pueblo en pueblo. Teníamos el deseo de retomar los cuentos del maestro Villafañe que justamente tenía esta actividad.

Estos cuentos son tradicionales ¿no es así?
L. P.- Fueron escritos hace unos cincuenta o sesenta años, el entremés del globero es un poco más largo, aquí abrimos el montaje con él y lo acortamos un tanto, además el de sifón y su nariz es de Iván Echeverrí.

D. A. E.- Este montaje es de Merquetengue con la iniciativa de aprender a hacer guiñol porque yo creo que todos los titiriteros tienen que pasar por la experiencia del guiñol, nosotros ya habíamos hecho mucho teatro de títeres de mesa, o bocones, manipulación de objetos como en ubu reciclado que dirigió Carlos Converso, pero nunca le habíamos entrado al guiñol. Este fue el primer montaje del grupo.

¿Hay diferencia entre el guiñol y el muppet?
L. P.- Sí, mucho, todo está en la manipulación, los títeres se clasifican de acuerdo a como se mueven y el guiñol es un títere de guante. el bocón abre y cierra la boca, un mupet, hay bocones de varillas, marionetas de hilo, de sombra, bunrakus.

Ustedes en Merequetengue no se ciñen a una línea sino que siempre experimentan con todas las técnicas, veo la bolsita del pan y se aprecia una técnica aplicada de bunraku; es decir que hacen todo un trabajo de investigación
D. V.- Nuestro objetivo es investigación y experimentación, combinar lenguajes y aplicar la técnica de títeres que ya tiene convenciones establecidas, y es lo que nos gusta desarrollar siempre con un objetivo, es decir: una puesta en escena de calidad para que el publico la vea. Otra de la cosas es que nuestras obras puedan tener facilidad de proyección, podernos presentar en teatros grandes, chicos, plazas, alternativos.

L. P.- Pensamos mucho en que nuestras obras puedan llegar prácticamente a cualquier espacio, que todo se doble y quepa en unos cuantos baúles.

D. A. E.- Y También estamos en una exploración estética, cada obra tiene propuestas distintas, hay textos con planteamientos más convencionales y otros más de experimentación. Siempre estamos procurando establecer una propuesta o búsqueda.
¿Hay un metraje promedio para un teatrino?
L. P.- Si te refieres al metraje de medidas y ergonomía hay cosas muy básicas, como una barandilla, que es un escalón horizontal donde los títeres se recuestan, ponen utilería, las alturas por ejemplo tienen que estar en función de la altura del titiritero para permitir que los personajes bajen o suban, tiene que haber una isóptica para que el espectador pueda ver la escena completa pero nada más, no ver las mangas o terminaciones de los brazos, ganchos para colgar los títeres, había un titiritero al que le hicieron un reportaje y la periodista sugirió tomarle fotos mientras estaba por atrás y describe como los títeres, colgados como murciélagos, esperaban a que el titiritero los tomara. A cada espectáculo corresponde determinada necesidad.

D. A. E.- Las adecuaciones van también de acuerdo a las capacidades y cualidades del titiritero, corporales o técnicas.

¿Lo plástico sirve a la escena?
D. A. E.- Sí, pero yo pienso que lo plástico no tiene que ver necesariamente con lo técnico de la obra, si bien si se plantean cuestiones técnicas, por ejemplo la nariz que se quita y se pone el Sifón, puede haber mil formas para hacerlo y nosotros seleccionamos esta, es parte de la propuesta. Generalmente no nos gusta el teatro infantil, en cuanto a referirnos a teatro para niños, a nosotros en lo personal no nos gusta el término porque el teatro de títeres lo puede disfrutar cualquier persona, y lamentablemente el decir: "para niños", lo ha demeritado mucho, he visto obras para niños infantiloides, como si los niños fueran idiotas. Estos títeres que hemos hecho no son así, tienen una estética asimétrica que quisimos hacer, un tanto grotescos, plásticamente propositivos. Si bien cada lenguaje o técnica propone necesidades específicas a partir de ahí se puede crear una estética. Yo creo que el enfrascarnos a que la técnica nos lleve a la plástica no es lo correcto, yo creo que es al revés. Lo técnico se ciñe a lo plástico.

¿Qué planes hay ahora para el retablo y para Merequetengue?
L. P.- Pues vamos a cumplir dos años en el rincón de los títeres, vamos a hacer una gran fiesta, tendremos diferentes actividades, haremos toda una semana de funciones.

D. V.- Es muy probable que tengamos invitado por lo menos un grupo más, nosotros somos una compañía independiente y hemos querido plantearnos de una forma autosustentable, nos gustaría traer más grupos.

L. P.- Esperamos el reestreno de una obra maravillosa de la que acabamos de conseguir los derechos de autor, que es hasta el domingo, un texto maravilloso y lo esperamos para diciembre, tendremos funciones y un par de festivales internacionales. Y con eso cerraremos las actividades de este año, y estamos en charla con los títeres para ver si hacemos una pastorela, nunca lo hemos hecho pero nos da curiosidad.

D. V.- Seguimos los domingos con el retablillo y en noviembre retomaremos “La serpiente y la zorra”, no paramos, a nosotros nos encanta esto, hay un día festivo y cualquier signo de descanso es un buen pretexto para trabajar. ¡Ah! e invitarlos a nuestra página en internet http://www.merequetengueproducciones.com/, donde están nuestras actividades y demás. Y pues a seguir explotando las capacidades infinitas de los títeres.

D. V.- Que ellos nos explotan a nosotros

L. P.- Y luego hay unos que no se dejan, pero bueno, seguimos experimentando y encontrando nuevas formas.

Gracias, felicidades.

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