viernes, 10 de junio de 2011

Murray Louis y el espacio invadido


por Marsel Esbey Toledo Aguilar

“El espacio es un vacío fértil, inocente.
Antes de todo lo que conocemos existió el espacio.”
Murray Louis

Después de la Segunda Guerra Mundial, Murray empieza a componer coreografía basándose en ciertos principios de Alwin Nikolais pero también establece sus propios preceptos.

En el “teatro multimedia” de Louis la danza no es realista ni tiene trama alguna, es más bien abstracta. Hay una importancia especial en lo kinestésico pero también en lo plástico y visual, (escultura, pintura, proyecciones o video). Murray hace una investigación sobre los elementos principales de composición en la danza, (cuerpo, movimiento, espacio, tiempo y forma), y refleja los resultados en estudios coreográficos.

Al respecto del cuerpo, propone el sobreponerse a la visión social de la concepción del hombre desde la cabeza, desde lo racional. El cuerpo, (una totalidad), es al mismo tiempo tan diverso que no puede existir un ‘cuerpo ideal de bailarín’, pues no es la forma del cuerpo lo que permite que se haga la danza sino un proceso formativo para alcanzar el objetivo de moverse en el espacio, para invadirlo. El cuerpo puede alargarse, saltar, flexionarse, girar, rodar o trasladarse. Vimos un ejercicio en el que Murray bailaba sólo y su motivo principal son las coyunturas y lo que le permiten al cuerpo hacer y sentir. También un ejercicio con su grupo en que les pide a los chicos que se rasquen la cabeza como lo harían ordinariamente; luego les pide que repitan la acción haciéndose conscientes de cada parte que mueven y la intención con que lo hacen. Hay una gran diferencia entre la primera y la segunda vez, al final el movimiento era más cercano a la danza y esto tiene que ver con el grado de atención sobre la acción. El movimiento es un cambio de posición en el espacio, la traslación de un cuerpo. Hay infinidad de maneras de trasladarse, miles de posibilidades. En la vida cotidiana, el contexto cultural de cada individuo determina la forma en que se mueve. Murray nos muestra en el documental una exploración con varios jóvenes sobre diferentes maneras de desplazarse de un sitio a otro.

El espacio es un vacío fértil, inocente. Antes de todo lo que conocemos existió el espacio. Murray dice sobre el espacio que es una atmósfera, es decir, el elemento que rodea al bailarín y que lo contiene. Habla también del espacio personal interior, que se concibe al imaginar una energía que corre dentro del cuerpo; ese flujo de energía permite percibir diferentes densidades que se hacen visibles en calidades de movimiento específicas (ligero, fluido, pesado, compacto, cortado, etc.). El espacio exterior influye sobre nosotros, reaccionamos a lo que el espacio en que funcionamos nos sugiere, el tiempo tiene que ver con la conciencia de la duración de algo que sucede. Nuestras acciones están determinadas por un tiempo biológico. Murray nos muestra un estudio coreográfico en que hay juegos con la velocidad, la duración, la repetición y las pausas. Además de estos elementos propone estudios enfocados en la forma, estos tienen que ver con la importancia de los diseños corporales en el espacio o bien de sus trayectorias y su significación o intención.

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