que le podrías hacer a una plegaria?
Koffi Kwahulé, Bintou
Dadme mis danzas
mis danzas de negro
dadme mis danzas
la danza rompecadenas
la danza escapa prisión
…la danza
“es-hermoso-y-bueno-
y-legítimo-ser-negro”
Aimé Césare



Mi primera impresión fue que esos cuatro cuerpos cilíndricos seguramente se construyeron a base de sonotubos para cimbra, prejuicio que se me vino abajo cuando Juanito y posteriormente Samiagamala, se suben a una sin que se mueva ni un ápice, y terminó de derrumbarse (mi prejuicio), cuando comprobé que la escenografía cuenta con un excelente trabajo de carpintería reforzando el alma interna al tiempo que genera una escalera al elemento superior a manera de tapanco. La pintura escénica reacciona favorablemente con la iluminación, y ¿por qué no decirlo?, con el vestuario. Me gustó el juego distributivo de Boris de tres por tres por tres por dos con el elenco, lo cual hace poco acaba de señalarme que es propiamente lo que pide el texto (sería interesante ahondar en esta relación de matemáticas y dramaturgia, pero no lo haré aquí); pero me temo que, si bien las cubetas de plástico a manera de utilería cumplían su función como asientos, rompen la estética garrafalmente en lo visual y estridentemente en lo sonoro. ¿No se pudo disponer para Rogerio Baruch, maestro en arte musical, alguna partida o patrocinio en especie para elaborar elementos que funcionaran como percusiones decentes? Por lo que toca al segundo punto, y en cuanto al primero: ¿se les terminó la pintura o qué? Lo más triste es que sí se les pudo haber terminado la pintura; y como al techo de la sala chica del estado ya se le terminó la última capa de impermeabilizante que le echaron hace seis años, la función del seis de junio tuvo que ser suspendida porque el Ayuntamiento de Xalapa insiste en rendir tributo con la Sala Dagoberto Guillaumín al célebre dios Tláloc. (Llovió y el agua se metió hasta los calzones, pues).

¿Cuántas personas y auto proclamados “creadores” se dan a la tarea de efectivamente, preocuparse por comunicar algo?, con Bintou, sin pretensiones de abanderamiento político, la ORTEUV (Organización Teatral de la Universidad Veracruzana) cuestiona con el hecho de realiza,(y el hecho de poder o no realizar esta obra ahora), el miedo impuesto en un contexto de violencia absurda de afirmar que el cuerpo humano es un templo de individualidad, y que corresponde y debe corresponder a cada quien construirlo o destruirlo.